martes, 14 de febrero de 2012

Examen físico del cuello


El cuello es una estructura anatómica de forma cilíndrica, que se mantiene erguida durante la bipedestación y que guía los movimientos de la cabeza apoyándose en la columna cervical y la masa muscular que le rodea. Es una  estructura de gran importancia porque sirve de pasaje para el sistema vascular arterial y venoso, los vasos y ganglios linfáticos, el tubo digestivo y la vía aérea, ademas de alojar la glándula tiroides y paratiroides. Para su evaluación se utilizan la palpación, inspección y en algunos casos la auscultación.

La forma normal del cuello puede verse modificada por trastornos congénitos, como el síndrome de Klippel-Feil y el tortícolis congénito que provoca inclinación lateral de la cabeza. El síndrome mediastínico da lugar a una distensión venosa con circulación colateral y edema en esclavina. El higroma quístico se diagnostica por su ubicación lateral y translucidez a la iluminación. Los quistes branquiales, aparecen en el tercio superior del cuello, detrás del musculo esternocleidomastoideo y son palpables como una bolsa de agua a medio llenar. Los quistes tiroglosos se sitúan sobre el borde superior del cartílago tiroides, ascienden al propulsar la lengua hacia afuera. La tráquea se puede reconocer por la palpación, colocando el indice por encima de la horquilla esternal y sintiendo los anillos traqueales.




Arterias del cuello
En reposo solo pueden observarse leves latidos carotídeos, ademas en sujetos atléticos y delgados pueden percibirse latidos en otras áreas como la supraclavicular y supraesternal. Sin embargo estos latidos se intensifican durante estados hipercineticos como hipertiroidismo, hipertension arterial, síndrome febril, insuficiencia valvular aórtica y fistulas. Los aneurismas cervicales de subclavia o carótida se observan como latidos cervicales unilaterales.La disminución o ausencia de latidos carotideos palpables sueles implicar obstrucción ateroesclerótica, generalmente se acompaña de frémito cervical.

Examen de la glándula tiroides
Debe realizarse con el paciente sentado o de pie, con el tórax desnudo y buena iluminación. Se inicia con la inspección de los planos anterior, posterior y laterales del cuello, incluyendo la región submandibular, donde a veces puede encontrarse un nódulo, correspondiente a los restos embrionarios del conducto tirogloso. La inspección del cuello permite observar el itsmo del tiroides por debajo del cartílago cricoides, a nivel del segundo anillo traqueal. Debe comprobarse la posición de la traquea, colocando un dedo en el hueco supraesternal. La visualización lateral del cuello puede verificar la presencia de adenopatias o masas. La palpación de la glándula tiroides se inicia deslizando el pulpejo de los dedos sobre la superficie cutánea que corresponde al lugar donde esta ubicada la glándula, destacando cualquier anormalidad o hipersensibilidad. El médico se sitúa detrás del paciente reconociendo la topografía laríngea de arriba hacia abajo, tanto el cartílago tiroides y por debajo del cartílago cricoides usando los dedos indice y mayor de ambas manos. Debido a su pequeño tamaño y su ubicación rodeada de por los músculos esternocleidomastoideos, la tiroides generalmente no puede palparse, por lo que su palpación indica una hipertrofia patológica de la misma.





Fuente bibliográfica:
Semiología médica. Fisiopatología, Semiotecnia y Propedéutica - Enseñanza basada en el paciente; Argente & Alvarez, Páginas 300-303.

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