Esta evaluación se inicia revisando el cráneo, este examen permite reconocer anomalías de valor diagnóstico. En el hombre normal, la altura de la cabeza es de una octava parte de su talla, el cráneo normalmente debe tener forma ovalada en sentido anteroposterior, aunque varia de un individuo a otro. La macrocefalia o agrandamiento de la cabeza, adquiere importancia diagnóstica en la hidrocefalia, que corresponde al aumento del volumen del liquido cefalorraquídeo y en la enfermedad de Paget. En el caso opuesto, es decir, en la microcefalia o encogimiento de la cabeza se acompaña de un menor desarrollo del cerebro y déficit de las funciones mentales. De acuerdo a las relaciones entre las dimensiones anteroposterior y transverso del cráneo este se clasifica como: mesocefalia, para el cráneo de dimensiones normales, dolicocefalia, para el cráneo de apariencia alargada y braquicefalia, para el cráneo de corta envergadura, las cuales no tienen significado patológico por si mismas, sino que, mas bien son diferencias meramente anatómicas. El cráneo debe palparse en toda su extensión para detectar deformaciones y tumoraciones, que se producen como secuelas a procesos patológicos como: osteítis sifilítica, raquitismo, lipoma, hematomas y quistes dermoideos.
Pelo
En lo referente al pelo de la cabeza deben analizarse característica como su: cantidad, distribución, color y textura, por ejemplo: en el hipotiroidismo este se presenta seco y opaco, mientras que, es fino y abundante en el hipertiroidismo.
Frente
Al revisar la frente debe comprobarse la presencia de los pliegues transversales, los cuales se borran en individuos con parálisis facial periférica.
Cejas
Las cejas pueden perder su pelo en su totalidad en afecciones causantes de alopecia, mientras que, pueden perder parcialmente su pelo en patologías como hipotiroidismo y sífilis.
Párpados
Se deben examinar los párpados primeramente cerrados y luego abiertos. Pueden edematizarse fácilmente debido a la gran laxitud de su tejido celular subcutáneo, en casos de insuficiencia cardíaca, síndrome nefrótico, picadura de insecto. En el caso de traumatismo el edema se acompaña con hematoma. Se denomina ptosis, a la caída palpebral, debida a lesión del tercer par craneal y xantelasma a placas amarillentas que aparecen en la porción nasal de los párpados.
La inspección de los ojos debe incluir un chequeo de la conjuntiva y la esclerótica, se realiza haciendo descender los dos párpados aplicando la yema del dedo indice en sus bases, la palidez de la conjuntiva es signo de anemia, mientras que la coloración amarillenta indica ictericia. La quemosis es el edema inflamatorio de la conjuntiva del bulbo ocular. La conjuntivitis, se presenta con enrojecimiento, dilatación vascular, secreción mucosa y purulenta acompañada de dolor. La hemorragia subconjuntival, se presenta como un área rojiza, que en varios días de vuelve amarillenta y desaparece sin ningún otro síntoma. El anillo de Kayser Fleischer es una banda verdosa de 2 a 3 mm de ancho causada por la acumulación de cobre en la enfermedad de Wilson. El cristalino debe observarse a través de la pupila en busca de opacidades grisáceas, causadas por cataratas. Las pupilas normales son centrales, circulares y simétricas, se denomina discoria a la irregularidad de los bordes de la pupila, ectopia es la ubicación excéntrica de la pupila, acoria es la ausencia de la pupila y policoria la existencia de varias pupilas.
Nariz
Puede presentar anomalías debido a distintas patologías como: la sífilis, que provoca hundimiento de la base de la misma, el hipotiroidismo causa ensanchamiento y el mongolismo, acortamiento de la nariz. Se examina su parte anterior pidiéndole al paciente que incline la cabeza hacia atrás y levantando la punta con el dedo pulgar valiéndose de una buena iluminación. En la rinitis aguda y resfriado común, la mucosa se torna enrojecida y tumefacta, mientras que en la rinitis alérgica se presenta engrosada y pálida. Los pólipos nasales suelen estar ubicados en el meato medio, con apariencia gelatinosa, blanda y grisácea. La perforación del tabique nasal por inhalación de cocaína o traumatismos, se presenta como una perdida de la continuidad. La palpación de esta área se efectúa con los pulgares ejerciendo presión ligera sobre los senos paranassales, cuando existe sinusitis resulta dolorosa y en algunos casos presenta rnorrea.
Boca
El examen de la boca debe comenzar por los labios, la palidez de los mismos indican anemia, mientras que la cianosis es evidente en dichos órganos. El herpes simple, provoca una erupción dolorosa en los labios y la piel cercana, suele curarse de manera espontanea en 10 o 12 días. El chancro sifilítico, puede presentarse como lesión primaria en el labio y también en el piso de la boca, debe diferenciarse del carcinoma de labio que mayormente afecta el labio inferior, como una placa engrosada y ulcerada. La ránula es una tumefacción quística, generada por la obstrucción de una glándula salival, que afecta principalmente a la sublingual. Después de los labios, se revisan las encías, la gingivitis se caracteriza por el enrojecimiento y tumefacción de las encías, que también sangran con facilidad. El épulis es un tumor localizado en borde externo de la arcada alveolar, por lo general inflamatorio, en ocasiones neoplásico. El ribete de Burton es una linea negro-azulada de las encías a unos milímetros de sus margenes, que aparece en la intoxicación por plomo o bismuto.
Debe inspeccionarse en toda su extensión, indicando al paciente que abra la boca, para poder observar el dorso de la lengua, luego se le pide que saque la lengua y la eleve, haciéndola poner en contacto con el paladar para poder observar el piso de la boca, si se detecta una lesión sospechosa se colocan guantes y tomando la punta de la lengua con una gasa para llevarla a los dos lados y palparla con la mano libre. En el hipertiroidismo la lengua se halla agrandada,en las hipovitaminosis, se presenta lisa y sin papilas. en algunos tratamientos antineoplasicos, presenta aspecto negruzco. En la leucoplasia, la lengua se observa con una placa blanca engrosada y seca.
Amígdalas
Se observan haciendo que el paciente pronuncie enérgicamente el sonido "aaah", con un depresor lingual de madera y descartable, se deprime la lengua, para observar la pared posterior de la faringe. En la faringitis viral, la pared posterior de la faringe se muestra enrojecida, mientras que, en la faringitis estreptocócica, se presenta este patrón acompañado por placas de exudado blanquecino purulento.
Glándulas salivales
En el caso de las parótidas y submaxilares estas pueden palparse. La hipertrofia de la parótida es evidente en la inspección como una tumoración visible y palpable por fuera y hacia atrás de la rama ascendente de la mandíbula, este agrandamiento es bilateral en la parotiditis epidémica y unilateral e indoloro en el cáncer de parótida. La tumefacción de la parótida puede ocurrir por litiasis del conducto de Stenon.
Oído
Las orejas pueden sufrir alteraciones congénitas en tamaño y forma, en ellas también puede observarse la cianosis con facilidad en sus lóbulos. En caso de que exista dolor o supuración de los oídos, se debe tirar el pabellón auricular hacia arriba y abajo y presionar sobre el trago, el dolor indica otitis externa aguda, mientras que la sensibilidad al presionar un punto medio de la zona retroauricular indica otitis media. Con el otoscopio, debe revisarse el conducto auditivo externo, en búsqueda de secreciones, cuerpos extraños o enrojecimiento de la mucosa.. La agudeza auditiva se puede reconocer en forma aproximada, provocando un chasquido suave con los dedos frente al conducto auditivo externo y se lo aleja hasta que el paciente deje de oírlo. Con un diapasón se hace vibrar suavemente y se coloca en el centro de la frente, si la audición es normal se oye en forma simétrica a ambos lados, si hay hipoacusia unilateral, la intensidad del sonido aumenta hacia el oído afectado, si es de conducción, mientras que, si es neurosensorial disminuye en el oído afectado, esta maniobra se denomina prueba de Weber. Con otra prueba llamada de Rinne, se coloca un diapasón, que vibra suavemente sobre la apófisis mastoides, cuando dejan de percibirse se lleva frente al conducto auditivo externo y se lo debe percibir nuevamente.
Fuente bibliográfica:
Semiología médica. Fisiopatología, Semiotecnia y Propedéutica - Enseñanza basada en el paciente; Argente & Alvarez, Páginas 287-299.
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